Bueno, para este entonces ya debería estar de vuelta por tierras neozelandesas, pero, como todo cambia (incluso cuando estás en casa, bueno, al final, esto también es un viaje, y en todo caso, durante el viaje por New Zealand, sobretodo cuando estaba en Queenstown, varias veces dudé de donde realmente estaba mi "casa", pero al final creo que la tierra, las raíces pesan más jeje) aún sigo aquí en Punta Arenas, Magallanes, Chile.
El viaje fue todo un secreto (para la gente de Chile) entre mi padre y yo. Planeado desde diciembre del año pasado, cuando yo estaba muy indecisa acerca de lo que quería hacer en el futuro (cercano, o sea, este año). No sabía si quería quedarme un año (o más) en Queenstown, o ir a Australia. Queens para mi era el lugar perfecto, excepto por las pocas (casi nulas) posibilidades que me ofrece para desarrollarme en el ámbito profesional, no es que me encante mi profesión, pero gracias a ella yo creó que lograré desarrollarme en lo que realmente me gusta, además que igual quiero seguir viajando y estando en Queenstown me cuesta demasiado alejarme de ahí. La otra alternativa era Australia, que la verdad no me llama taaaaaanto la atención como New Zealand lo hacía antes de ir para allá. Es que ciudades muy grandes, serpientes y arañas venenosas (de las más letales del mundo) la verdad no me atrae mucho que digamos jaja. Así que en eso estaba cuando mi padre me dice "y por qué no te vienes para acá y aprovechamos de celebrar cumpleaños y blablabalba " y yo "mm bueno ya". Y aquí estoy pues. Según lo planeado en esa fecha, yo el 9 de abril volvía a Santiago para hacer trámites para Australia, y el 17 viajaba a Auckland.
Pero, las primeras semanas acá estuvieron tan, pero TAN flojas que no hice nada de lo que me había propuesto hacer mientras estuviera aquí, y que son algunas cosillas que me facilitarían un poco las cosas para cuando esté lejos. Así que, aquí estoy. Aún.
Saludos gente!